EL PASQUÍN EN COLOMBIA

De la exposición tres décadas del fanzine en Colombia, Junio 2015

Texto producido por participantes semillero Narración Gráfica

6/1/20152 min leer

Para entender el uso social que ha tenido el pasquín en Colombia, se hace necesario definir en principio el significado de pasquín. Según el Diccionario de la Real Academia Española, el pasquín es definido desde dos connotaciones: “un escrito anónimo que se fija en público, con expresiones satíricas contra el gobierno o contra una persona en particular o corporación determinada” y “Diario, semanario o revista con artículos e ilustraciones de mala calidad y de carácter sensacionalista y calumnioso”.
El uso del pasquín en Colombia se ha caracterizado por su uso crítico en contra de un gobierno o una persona adscrita a la vida política. Según Daniel Samper Pizano, los pasquines eran “los twitter de la independencia”. Desde ese momento histórico, se empieza a usar este artefacto como un elemento de expresión clandestino:
“Si no quitan los estancos,
Si no seca la opresión
Se perderá lo ganado,
Tendrá fin la usurpación”
(Pasquín repartido en Santafé durante el virreinato de José Manuel Ezpeleta)
Poco a poco, el uso del pasquín fue tomando mayor fuerza, ya que era un elemento que incomodaba a la clase política y dirigente de turno. En la columna de Daniel Samper Pizano, se nos cuenta que a Don Antonio Nariño y otros criollos se les había acusado de ser uno de los realizadores de varios pasquines del momento. Además, también estaba a punto de circular la impresión de la traducción de los Derecho del Hombre.
Antes de que estallara la guerra de los mil días, hubo un momento que se denominó la guerra de los pasquines: “«El próximo 20 de octubre de los corrientes se declara la revolución liberal en contra del gobierno conservador. Invitamos a todos los liberales a que se sumen a la insubordinación por la defensa de los derechos cohibidos al pueblo liberal. ¡Con las armas obtendremos la victoria! ¡Abajo la tiranía goda! ¡Viva la República Liberal! ¡Muerte a la dictadura conservadora! ¡Viva la revolución!»Esta arenga invadió las calles de Santafé, evidenciando un fuerte descontento por un periodo de gobierno conservador.
Con un tinte sarcástico y netamente político, el pasquín se ha venido consolidando como una herramienta de protesta, contestataria frente a los abusos políticos y económicos de gobernantes y hombres de la patria. Con el paso del tiempo, no ha perdido su lugar ni uso: un instrumento de uso político que puede ser de denuncia o de exigencia.